lunes, 29 de abril de 2013

He's gone

Suena el timbre de la puerta, pero sé que no eres tú. Esta vez te has marchado con las manos vacías. No has hecho equipaje ni dices si vas a regresar. No me has dicho a dónde vas, sólo dices que no te siga, que debo continuar mi vida. Sueles hacerlo, te cansas de la rutina y empiezas a doblar la ropa que crees que necesitarás sin saber a dónde irás, sin saber si irás a un lugar frío o cálido. En tu mente trazas un recorrido para contar el dinero que te hace falta, pero a veces no haces caso de tus suposiciones y simplemente te lanzas al vacío. Vacío, ¿quizás es ahí a dónde has ido? Me gustaría que te hubieras llevado un teléfono, o me hubieras dado una dirección para localizarte, porque me mata no saber dónde estás. Me mata saber que no vas a volver y no voy a poder quejarme de tu insensatez al marcharte y dejarme sola una vez más. Tal vez, lo que realmente me mata, es saber que no te voy a poder parar la próxima vez que te vayas, porque no te vas a volver a marchar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario