martes, 19 de junio de 2012

Carta a un desconocido

De verdad quiero seguirte pero no sé ni por donde empezar. Me muerdo la lengua, me callo, me introduzco en mi mundo y no sé continuar. ¿Cómo lo hago? Lo tuviste fácil, desde pequeño lo tuviste fácil, yo no tengo ese camino hecho, he de marcarlo yo misma, ¿por donde empiezo? Me detesto, te adoro, pero no te conozco, y tampoco voy a conocerte en una sauna tal y como tú conociste a tus ídolos. Te admiro, no sabes cuánto, y si lo supieras, me preocuparía. Algo falla. ¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué no comienzo a realizar mi sueño? Porque soy de esas personas que por no perder, no arriesgan nada nunca, absolutamente nada. Por eso nunca pierdo, pero por eso mismo nunca podré ganar. ¿Crees que me debo arriesgar? Tú que vas a saber, no sabes de mi existencia, ¿cómo vas a consejarme? Lo único que puedes hacer es dar una charla, asentir con la cabeza a los que te responden y luego esperar que alguien en el mundo te haga caso. ¿Sabes? Realmente ejerces influencia en la gente, no sé si te darás cuenta o es algo que te queda demasiado lejos. Sé que no eres un extraterrestre, y sé que no eres un dios, pero sé que eres una persona a la que merece la pena escuchar.

Te escucho. Oigo tu voz cada vez que quiero guiarme en la vida y no tengo dónde apoyarme.